Por fin, la anhelada entrada del Madcool 2018 en nuestra web. tres años que lleva organizándose el festival más grande de Madrid y tres ediciones que hemos acudido pagando, nunca acreditados (lo cual es muy normal, no somos influencers, ni vestimos cuquis).
Este año no tuvimos las ganas de ir solo un día (el primero). Y esta fue nuestra experiencia.
Organizar algo tan grande (80.000 personas por día) en el siglo XXI yo creo que debe resultar relativamente fácil. Los equipos de fútbol suelen mover a esa cantidad de gente y no pasa lo que pasó en el festival. Nosotros llegamos a una hora relativamente temprana (5 de la tarde) y ya se veían colas enormes. Como solo fuimos un día nos dimos el homenaje de comprar el timo del siglo: la entrada VIP, cuya única ventaja a priori fue el parking gratuito. En la zona donde aparcamos (que estaba bastante apartada, fuera de donde estaba el metro y el mogollón generalizado) ya teníamos una buena fila de gente para entrar. Los que estábamos en la cola entrábamos con cuentagotas por una razón que sigo sin entender, ya que cuando pasamos dicho primer acceso, había unos 5 minutos andando hasta el recinto del festival y prácticamente nadie (a excepción de una gigantesca cola para aquellos que tenían que recoger su pulsera), por lo que entiendo que, como en los atascos de tráfico, esa extraña actitud del personal de la organización provocara las enormes aglomeraciones que se sufrieron después y por las que la organización pasó de puntillas.
En fin, nosotros nada más llegar nos dirigimos al puesto de merch (donde estaba todo carísimo) y a la zona VIP, que era una estructura alta desde la que se veía el escenario principal (ver foto) y, si uno se ponía en un lado, los meaderos masculinos situados al lado de la noria (desde la que se podía también ver a la gente mear). La zona VIP en ese momento estaba escasa de gente, lo cual era de agradecer y se podía comer y beber sin problemas, no como 3 horas después, cuando había cola para entrar en dicha zona. Por
tanto, un puto timo, no poder subir ni a mear (además de que no permitían bajar las bebidas) y tener que hacer cola de una hora en las barras. Vamos a lo que es el tema musical si eso. Nada más llegar estaban abriendo el festival unos tales Slaves, que eran un dúo que gritaba mucho, totalmente desagradable. Después de explorar tomamos posiciones para ver a los Eels, uno de los mejores grupos del mundo. Los escenarios principales tenían, en la zona delantera, una división en dos mitades: zona vip y zona popular. A la VIP que nos fuimos. Los Eels tocaron muy poco (una horita escasa) en una versión condensada de las dos horas del show que han estado dando en su gira de regreso tras 4 años. Se me hizo muy corto y espero que Mr. E vuelva por España el año que viene. El público de la zona VIP fue ajeno al espectáculo que tenía delante y no tarareó nada, aunque creo que el otro público tampoco. Es una pena que a este hombre se le conozca solo por su libro (publicado en España en la editorial de libros cuquis Blackie Books). Mucho extranjero festivalero vimos, por cierto.
Como quedaba mucho para el plato fuerte de la noche, estuvimos un rato escuchando a los Fleet Foxes (un auténtico truño) y nos fuimos a ver otras zonas. En el interin vimos un rato a Leon Bridges, que merecía un escenario más grande y una hora más nocturna. La disposición de la gente era similar en todos los escenarios: delante del todo los fans y poco a poco gente desperdigada que (intentaba) escuchar a los artistas mientras otros asistentes posturas se ponían a hablar como si estuviesen en las fiestas de su pueblo.
Dos horas antes de los cabezas de cartel del día, nos dirigimos al escenario principal que ya estaba empezando a llenarse y oímos en la distancia (corta) a los Tame Impala (otro absoluto toñazo con todas las canciones iguales). Los Pearl Jam salieron a su hora con todo el festival a sus pies (la zona VIP estaba petada de ingleses). Enorme espectáculo. Eddie tenía, además, varias notas manuscritas para dirigirse al público en español, lo cual el público agradeció. Además, recordó cuando actuaron por primera vez en España en la desaparecida sala Revolver hace la torta de años.
Dos horas de concierto que se hicieron cortas y que fueron interruppidas por un anuncio de mierda en el que salían dos actores de esos que se llevan la pasta del IVA cultural diciendo que no acoses a las mujeres. No era el momento, pero bueno, hay que ser políticamente correctos y miñis. En este tema del acoso lo mejor es la educación y quitar el puto regetón, que eso sí que es denigrante para la mujer, pero luego todo el mundo lo baila en las berbenas, discoteques y demás bares. El rock es, posiblemente, uno de los géneros musicales que más respeta a la mujer.
Pasando esto, no faltaron los clásicos saltos rockanrol, el vino bebido directamente de botella, los chorus y los móviles encendidos como encendedores. Merecieron la pena los 11 años de espera.
Tras el fin de concierto procedimos a irnos que ya era tarde y así no tuvimos que soportar a los Kasabian ni a los Justice. Creo que el 80% del público pensaría lo mismo porque la espantada fue generalizada. A la salida daban redbull gratis (que no cogía nadie porque eran la 1:30 de la madrugada y como te bebas eso no duermes) y podías volver a disfrutar del empedrado de mierda hasta el aparcamiento).
Ya pueden el año que viene mejorar el tema, pero te digo yo que un festival con tanta gente no me mola.
PD: ¿te has fijado que no hemos hablado de los modernos festivaleros?
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